sábado, 23 de noviembre de 2013

La Palabra y la Mística


                                                                                  Mirta Ventura

                                                                  Noviembre 2013



Como pasa en estos últimos años, un momento político interesante se sucede con otro más atrayente y fundamental, incluso. Cómo se desarrollen estos dos años venideros serán la pauta de lo que vendrá a partir de 2015, en que se elegirá un nuevo gobierno.


Fin de ciclo


Lo que para algunos es un “fin de ciclo”, y fuerzan o intentan violentar para que así sea, para otros es un renovado período en el que se podrán profundizar, proyectar y concretar muchas de las aspiraciones del modelo aún no concretadas. Y no es una utopía, ya que aunque en la provincia de Buenos Aires, en las elecciones legislativas para diputados un frente opositor (Frente Renovador), haya ganado por 10 puntos, en la mayoría del país, el oficialismo fue acompañado y conserva las mayorías parlamentarias y se mantiene como primera fuerza a nivel nacional. Además fueron sorteados obstáculos para el buen desarrollo de las actividades gubernamentales, que vienen de años atrás: La Corte nacional de Justicia dictaminó la constitucionalidad de todos sus ítems de La ley de Medios  Audiovisuales, lo que implica reconocer al Estado Nacional como único regulador del derecho a la comunicación y no a los Monopolios. El presupuesto 2014, está aprobado así como la continuación de la Ley de cheque y la de Emergencia Económica, lo que da una base de sustentabilidad básica a la economía para los dos años venideros. Aseverar la gobernabilidad, no es poco en momentos tan conflictivos como los que vivimos.


Símbolos, Kirchnerismo, Peronismo, Progresismo



Lo que se discutirá en estos dos años, es el kirchnerismo y su posibilidad de seguir con la visión del país que dice mucho acerca de la crisis capitalista en realización hoy, y de lucha por la persistencia de la política, que viró el camino del país hacia la oposición al neoliberalismo y redefinió su política a favor de la inclusión en el mundo.

La oposición intenta imponer la idea de fragilidad de este gobierno, e interpreta que así como con el fin del menemismo, se supuso que el peronismo neoliberal fue derrotado, el kirchnerismo es, solamente, una variante nacional y popular del peronismo, que termina su ciclo sin pena ni gloria. Hasta el peronismo disidente, resta importancia a lo logrado en el kirchnerismo.

Para hacer estas interpretaciones, realmente, hay que tergiversar demasiado los hechos. Es considerar que lo actuado no surge de una concepción de país, ni de una política diseñada en ese rumbo. Parece difícil sostenerlo, repasando algunos de los hitos simbólicos y fundantes que se han sucedido. Por un lado, la bajada del cuadro de Jorge Rafael Videla del Colegio Militar, la reconversión de la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) en espacio para la memoria, la estimulación a la formación de una nueva Corte de Justicia independiente, el tratamiento de la deuda externa, derogación de las leyes del perdón e indultos, muchas leyes de ampliación de los derechos sociales…Por otro, desde el punto de vista de la soberanía, la independencia, el enfrentamiento con los grandes poderes, también hubo momentos de gran significado, como lo han sido el enfrentamiento con La Sociedad Rural cuando se discutió la resolución 125, o cuando se recuperaron las AFJP a manos del Estado, o la nacionalización de Aerolíneas Argentinas y parte de YPF, o el enfrentamiento con grandes monopolios con la Ley de Medios Audiovisuales y más… que no permiten que se los clasifique livianamente como praxis de poder. Se destacan y se definen, en este período, el rol del Estado como regulador, la prioridad de la política sobre la economía, la distribución del ingreso, todas conquistas perdurables en todos estos años y en los siguientes. Están en marcha políticas de industrialización, de sustitución de importaciones, de recuperación de soberanía energética, extensos planes de vivienda. Se están implementando políticas para mejorar el transporte, para combatir el trabajo en negro, cuyos resultados se verán en los próximos años.

Dentro del peronismo hay una gran disputa por los símbolos que todos consideran propios, pero hay una clara diferencia ideológica entre unos y otros. Hay sectores del peronismo que son opositores, del mismo modo que lo son los antiperonistas opositores al kirchnerismo, pero se sienten propietarios del poder del gobierno, haciendo valer su condición de peronistas.

El kirchnerismo ha demostrado tener un rumbo político en lo nacional y universal que lo distingue y lo denota definida y centralmente, a lo largo de todo su progreso. Surge del peronismo y nadie podría imaginarlo sin peronismo, pero ningún peronismo que quisiera volver a tener protagonismo podría prescindir del kirchnerismo. El peronismo había devenido mero sistema de corporaciones y  trenzas, eficaz para obtener y mantener el poder político, hasta que llegó Kirchner. Pero desde allí el peronismo se reeditó, con sus mejores banderas, restaurando el motivo principal de trascendencia que lo caracterizaba en el plano de la igualdad social, inclusión y soberanía.

Simultáneamente, los opositores progresistas, pareciera que se sienten propietarios de los símbolos sociales que esgrime el kirchnerismo, al que no respetan porque son peronistas y para ellos, no progresistas, independientemente de los avances sociales ocurridos en estos últimos 10 años.


Lo que viene


Estos dos años hasta 2015, deberían servir para desentrañar al kirchnerismo. El peronismo, que sigue siendo motor en la vida nacional, debería volver a los fundamentos de esa doctrina que reivindican y que lamentablemente tienen olvidada. El neoliberalismo que abrazaron y algunos siguen ciñendo, los condena, los aleja claramente de esos símbolos a los que siguen recurriendo. Los progresistas, deberían poder aceptar que con el kirchnerismo se han conseguido muchas de las principales consignas que los representan. Terminar con el prejuicio de las formas y ayudar a que se pueda seguir avanzando en profundidad. Los kirchneristas también, deben analizar y asegurarse, aún escuchando con atención, las críticas y la voz de las elecciones de medio término, de no ceder a estéticas y conceptos derechosos pensando en retener votos. El kirchnerismo tiene que ajustar algunas variables pero no apartarse del rumbo elegido. Dos años para calar hondo en la sociedad y las mentes colonizadas. Haber podido hacer realidad muchas de las utopías de tantos años, le da crédito para fortalecerse y no virar.

La imposición del alejamiento por unos días de Cristina de la exposición política diaria por razones médicas, permitió dilucidar algunas dudas entre ajenos y propios. Es absolutamente cierto, que la presencia de Cristina es condición necesaria, para el normal desarrollo del gobierno. Lo acontecido en estos días de su ausencia, mostró que hubo otras personas en el gobierno que tuvieron autoridad para ocupar los papeles ejecutivos que se les confiere. Amado Boudou, Oscar Parrilli, Abal Medina, Florencio Randazzo, Martín Sabatella, Agustín Rossi y otros, dejaron en claro que no hubo ingobernabilidad. Cada uno se desenvolvió en su lugar con idoneidad y desautorizaron a aquellos, que más por deseo que por sapiencia, levantaron las banderas del caos del desgobierno. La militancia tuvo también su rol importante, y no dejó pasar ninguno de los momentos festejables, aportando con masividad y contundencia.

La palabra y la mística


 Afortunadamente, Cristina retomó la actividad, después de su período de reposo y lo hizo de la mejor manera. Clara, sencilla, tranquila, habló de sentimientos. Más tarde se anunciaron cambios fuertes en su gabinete. Se nombró a Capitanich como jefe de gabinete de ministros, al que se le reconoce una historia militante y en gestión proba. Siempre leal y perteneciente al núcleo político gobernante. Es un ministerio absolutamente político. Otra decisión significativa, porque abarca el área sensible de la economía que muestra, actualmente, algunas dificultades, lo constituye el nombramiento de Axel Kicillof como ministro de Economía, dando lugar a los jóvenes de la Cámpora. A todos los funcionarios que dejan de serlo en esta nueva etapa, se los reconoce con agradecimiento, por todo lo brindado que fue mucho. En los nuevos hay puestas expectativas muy positivas también.

Los anuncios hechos en los primeros momentos en que Cristina retomó la actividad, son profundos, con contenido. Es un buen augurio que el gobierno kirchnerista siga sorprendiendo y tenga iniciativas superadoras. Es fundamental que la agenda la marque el gobierno. Más que un fin de ciclo, se muestra como un reverdecer en curso. Los cambios no son solamente de nombres. Se muestra comprensión de lo hecho y hacia donde se propone seguir. Lo expresado y la orientación de los cambios, implican entendimientos. En lo ideológico, se confirma que el kirchnerismo no es meramente una forma de interpretar la realidad, es una fuerte estrategia común para una gran vertiente política plural a la que invita a participar. Lo que se hace responde a los principios siempre sostenidos. Se lo explicita con precisión y no se abandona la palabra y la mística, base fundacional del proyecto que encierra en sí, seguir creciendo en industria, emancipación, desarrollo autónomo, empleo, distribución de la riqueza, educación, e igualdad social.


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