domingo, 23 de septiembre de 2012

Sintonía Fina

Munición gruesa...



                                                                                                                    Mirta Ventura
                                                                                                                   Septiembre 2012



Mucho se ha hablado acerca del significado del cacerolazo del jueves 13 de septiembre, y varias interpretaciones dadas son admitidas y sin duda, alguna de las razones de esta juntura en la Plaza de Mayo de gente que no frecuenta ni disfruta de este espacio, no ha sido todavía explorada.

Impunidad

Casi a modo de pretexto, las personas que allí concurrieron se expresaban como si estuvieran venciendo al miedo, como si alguien las amenazara, aunque no se sabe con qué. Se han permitido, bajo este falso reclamo, sugerir que no eran solamente los que estaban porque se habían animado a hacerlo, sino que muchos otros, de igual pensamiento, estaban en sus casas sin atreverse, como ellos, a exteriorizarlo.

Igualmente se han revelado contra la “dictadura que se vive, porque esto no es democracia”. Es muy habitual en los sectores altos de la sociedad y en los grupos económicos que tienen el poder real, digan que si el país no funciona para mantener sus privilegios, no es democrático. No lo consideran democrático, porque las medidas propuestas por el gobierno elegido democráticamente en las urnas, apuestan a la mejor distribución del ingreso y a las políticas igualitarias. Reclaman por “Libertad” a voz en cuello, en la plaza pública, frente a cámaras que los difunden por todo el país, sin amedrentarse por la contradicción en sí misma que su reclamo constituye.

Rechazan desde lo más profundo de su ideología, toda mejora que puedan obtener los más vulnerables. No reclaman por su situación económica, porque como se ve a través del consumo, su situación es favorable. Les molesta las medidas reparatorias que se toman a favor de los más necesitados y desposeídos. No les gusta que la clase baja goce de algunas de las posibilidades que tienen ellos que se saben “distintos” y por “mérito propio”. Otros de la clase media baja (en lo económico), tienen ese mismo sentimiento. Ninguna igualdad pretenden, los que vienen de abajo, son de abajo y que no se mezclen. La AUH actúa en contra de esa diferencia. Los niños van a la escuela y tienen que cumplir el calendario de vacunas para seguir recibiendo la asignación. Se han manifestado en contra de la procreación de esa “gente irresponsable”. ¿Cómo van a tener hijos si no tienen el dinero suficiente para criarlos decentemente? Y el gobierno los estimula. Se arrogan el derecho de negar a los que no tienen “clase”, la procreación. Está en la naturaleza humana la trascendencia y pretenden coartar este sentido vital. Suponen tener derecho a indignarse por esta medida de protección a los niños, enhorabuena venidos al mundo. No se ruborizan, al manifestarlo.

Ante cada medida que se toma, que implica algún control, o adecuación, o explicación, que este tramo de la sociedad no está acostumbrado a hacer, se genera una repulsa desmedida. Para ellos es habitual operar en “negro”, eludir impuestos, llevar ganancias al exterior etc. No les toca a ellos trabajar para favorecer al país, no es tema de preocupación el sostén de la economía para continuar con el camino ascendente en materia de inclusión social, igualdad, soberanía y empleo. Si hay que poner atención en la cantidad de dólares que salen del país en detrimento del cumplimiento de las obligaciones contraídas y que resulta en alguna regulación y en cierta constricción a las importaciones, con lo cual se dificultan algunos consumos, lo llaman “pérdida de libertad”. Hacen oído sordo a la conquista de derechos por las que se trabaja y solamente ven su pequeña quintita sembrada de privilegios que no admiten compartir.

Sintonía fina

En ningún momento aceptan que son muchos los que votaron a este gobierno porque acuerdan con el modelo de país que éste representa. Que no son personas compradas o sometidas por el oficialismo. Que son personas pensantes y comprometidas. En estos diez meses del nuevo período gubernamental, se han dado pasos que van en el sentido de la profundización. La modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, La recuperación de YPF, el aumento de la AUH, el aumento de las asignaciones familiares, el plan de viviendas para construir cien mil en un año, la ley de limitación de la extranjerización de tierras, la causa Malvinas, la constante y cada vez más fuerte alianza con los países de la UNASUR y el MERCOSUR, la ocupación en ampliar derechos civiles y sociales... Todo esto es la política que se lleva a cabo y la que tanto les molesta. Esto es la sintonía fina.

Munición gruesa

El discurso antipolítico que quisieron vender, que no debe haber confrontación, ni pugna, ni crispación, resulta en realidad en agravios, en descalificaciones. La política son conflictos, algunos de resolución y otros de administración ecuánime, pero nunca es lo que pretenden los grupos beneficiados de siempre, que es la invariabilidad de los privilegios y sus poseedores. No hay otro camino que enfrentar a los que quieren conservar un país para elegidos.

No es sorpresivo este comportamiento, porque siempre este sector del poder y prerrogativas se opuso mediante las peores formas a los gobiernos nacionales y populares. Cuanto más apreciemos que la sintonía fina está progresando, que aunque con distintas celeridades, se van abarcando las soluciones a los problemas de los más necesitados en el sentido de la equidad de derechos y por ende de libertades, la reacción será cada vez más hostil. No tienen escrúpulos, siempre consideran como posibilidad cierta, utilizar munición gruesa.







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