martes, 5 de junio de 2012

Peronismo, kirchnerismo, progresismo, socialismo...



             No somos todos los que estamos ni estamos todos los que somos...


                                                                                               Mirta Ventura
                                                                                                Junio 2012

Desde el comienzo, este proceso político al que seguimos llamando “kirchnerismo”, se movió en la zona de las políticas argentinas que dieron, en reiteradas oportunidades, la mano a la salida “progresista o de izquierda”. Formó un gobierno que realizó transformaciones para las mayorías, imposibles de imaginar en los años que fueron desde 1976 hasta el 2002. Esto incluye desde derechos humanos, como son los juicios a los represores, hasta la recuperación del Estado Nacional frente a monopolios y multinacionales, pasando por leyes del ámbito de las condiciones ciudadanas, de avanzada.

Este gobierno salió de las filas peronistas, y nadie en este país desconoce que dentro del peronismo hay grupos con intereses bien distintos. Han gobernado con gran compromiso social y alianzas con el progresismo y la izquierda, en algún caso y con las leyes más puras del neoliberalismo clasista, en otro. Desde 2003, se abrió una etapa renovada del peronismo en la que se supera el bipartidismo y el neoliberalismo, que mostró representantes en los dos partidos componentes de este fuerte binomio de la historia argentina. El momento amerita que, superado el bipartidismo, los sectores más progresistas de ambos partidos políticos y los grupos de izquierda que hayan podido superar esquemas, se integren creativa y positivamente, para intensificar la razón nacional y popular.

La intención (¿declarada?) de progresistas, de combatir al espacio kirchnerista por considerarlo peronista, termina siendo un prejuicio que perjudica a todo el campo progresista antiliberal. El socialismo de Binner, no puede correr por izquierda al gobierno nacional. No puede disputarlo en la labor en Derechos Humanos, en la participación en el Sindicalismo, ni en el enfrentamiento a las Corporaciones. Además la pugna del kirchnerismo con el Peronismo Federal, deja muy claro lo alejado que está el gobierno de la fracción conservadora del peronismo. Se impone amplitud de mente si lo que se desea, ciertamente, es construir un país para todos, más igualitario y con mejor redistribución, con soberanía y constituyente activo de la gran patria sudamericana.

Se ve, reiteradamente, individuos que se dicen progresistas, y de hecho lo han manifestado abiertamente, toda vez que el progresismo no tuvo ni apariencia de ser viable. Como conservadores alaban la no confrontación, ignorando (o simulando ignorar) que la cuestión no es de formas sino de fondo.

Desde otro lado, desde el elitismo y el goce de los privilegios, surgen nuevamente esos grupos exasperados que no pueden aceptar que “cualquiera”, comparta algunas de sus exenciones y libertades. Actualmente, con la violencia de las minorías impotentes, vuelven a manifestar su clara actitud destituyente como lo hicieron en 2008.

Así como el peronismo se asocia en la mente de los argentinos, como el movimiento de los derechos sociales, de la defensa de los pobres y de la resistencia, también se lo tiene como quienes abrieron el camino al peor de los liberalismos. Todo esto está y sabemos que muchos de los dirigentes del Partido Justicialista representan a este último grupo. Pero si el kirchnerismo, quedara atrapado en la disyuntiva “peronismo sí, peronismo no”, hubiera limitado en mucho su posibilidad de desarrollo.

Afortunadamente, si reparamos en quiénes se suman a este espacio político (representantes de Derechos humanos, gente de la Cultura, asociaciones Sindicales y Sociales, Grupos políticos no peronistas de reconocida actuación contra el neoliberalismo, Intelectuales y Académicos, etc.), comprenderemos que hay muchos que no se han detenido en ese falso dilema.

Sumar fuerzas para favorecer el rumbo, ampliar mentes dejando atrás prejuicios y juntarse con todo sujeto político y social resuelto a batallar por la soberanía del país y la igualdad para todos los componentes de este pueblo, es el trabajo de hoy y del futuro.



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