sábado, 16 de octubre de 2010

Cultura, política, claudicación...

Cultura, política, claudicación…
Un poco de dignidad…


Mirta Ventura (*)
Octubre 2010

Despierta cierto interés conocer quiénes son los que reciben el premio Nobel, cada año. Es parte de una costumbre y tradición que involucra a todos los países.
Es parte de ese juego de juicios a que nos sometemos, para recibir premios o castigos de parte de algo “superior”, que nos quieren hacer creer que hay, y que nos importan. Tendemos a percatarnos de lo relativo de su valor, al enterarnos de quiénes han sido elegidos, y no concordamos con dicha elección. En general, si la elección coincide con la propia, lo festejamos como si esa (elección) sí, tiene “verdadero” valor.

Más allá de estas relatividades, el uso grosero de posiciones políticas en nombre de valores intelectuales (eventos culturales internacionales, premios Nobel), hacen captar, de forma demasiado explícita, los intereses, siempre presentes, de los imperios, en contra de los llamados países emergentes.

En todas partes del globo, se encuentran emisores de estas ideas monopolizadoras. Innegable pesar dan los defensores de posiciones complacientes a las potencias, provenientes de países sumergidos. Y esta condena la debemos sufrir, una y otra vez, en casi todo evento de cultura teñido políticamente, como no podría ser de otra forma. Nos queda, naturalmente, no aceptar argumentos solapados, porque estamos maduros para ingenuidades. Al menos, que se sepa que no les creemos nada. Y a nuestros claudicados, señalémoslos. No usemos esa amplitud de mente hipócrita, allí, donde nos están ciñendo.

Dos eventos culturales acontecidos en estos últimos días, dan cuenta de lo dicho.

Feria del Libro de Frankfurt

Argentina fue a la Feria del libro de Frankfurt como invitada de honor. Es de imaginar que todo argentino se sintió orgulloso. Pero no. Ni todos, ni los grandes medios de comunicación. La escena no podría ser más elocuente. Cristina en el estrado con Elsa Oesterheld, en las primeras filas, el público aplaudía con emoción. Muchos intelectuales en las filas, entre ellos Juan Gelman, Horacio González, Osvaldo Bayer, compartiendo el sentimiento. De ese especial momento, Horacio González, destacó la frase emitida por Elsa: “yo que creí estar muerta y hoy vuelvo a tener esperanzas”. Y cuando dice hoy, dice ahora, que a la lucha por los derechos humanos, se la ve concretar lo que hace algunos años eran solamente enunciados. Animó, en todos los que somos sensibles a esta lucha, lo fundamental, que es no dejar que este batallar, merme, con el tiempo transcurrido.
Entretanto aquí se comentaba algún artículo firmado por el periodista británico J, Carlín y el psicoanalista argentino Carlos Pierini, que salió publicado en el diario español El País, criticando duramente a Argentina. Los grandes medios no se la iban a perder. Lo publicaron. Los adláteres periodistas lo comentaron con sorna: “En el exterior se cagan de risa de nosotros”. El psicoanalista argentino expone la opinión española sobre Argentina como país perdedor, sin hacer mención de cómo es la situación actual de España. Lo más indigno, es que dieron espacio a esa visión ego europea mientras en Frankfurt, éramos invitados de honor, y hacíamos honor a la designación. Poco lo comentaron.
Se lo señalamos a nuestros claudicados.

Premio Nobel de Literatura 2010

En los 60, Mario Vargas Llosa brotó como un convertidor de la literatura latinoamericana: La ciudad y los perros, La casa verde... Recibimos de él creatividad en cultura y literatura. La evolución de sus libros, confirmando su afinado estilo, fue mostrando un pronunciado giro en lo ideológico. Su visión del mundo fue tiñendo su argumentación en la literatura. En los últimos años, sus novelas “La fiesta del Chivo” (2000), “El paraíso en la otra esquina” (2003), Travesuras de la niña mala (2006), no tuvieron la misma aceptación que las anteriores.
No voy a opinar acerca de si es razonable, literariamente, que se le otorgue este premio. Sí voy a decir que todos tenemos derecho a tener distintas posiciones ideológicas y políticas. Quizás, lo que no debiera dejarse pasar es que si alguien fue defensor de la Revolución Cubana y ha comulgado con las ideas de izquierda, con el agregado de ser un ser muy pensante, ahora pueda decir, livianamente, que está en contra de toda tiranía y que por eso está muy en contra de Fidel castro y de Chávez, ya que él está a favor de la Libertad. No le creemos. ¿De qué Libertad habla? De la Libertad de morirse de hambre que tienen los pueblos sometidos? ¿De la Libertad que se vive en los países que son potencia de segregar habitantes de su suelo por color o procedencia, de invadir, bombardear, intervenir, en países emergentes? Se pasó a la derecha, su mente ha sido colonizada y busca justificarse. No es un libre pensador, es un representante de los grupos dominantes. Él ya no vive en Latinoamérica, en su Perú. Le queda chico.

Por cierto que nos entusiasma que las letras de Sudamérica, sean consideradas y premiadas. Nos hubiera gustado también, que Jorge Luis Borges, con quién no compartimos en absoluto ideología, lo hubiese recibido por su calidad literaria. Con igual amplitud habríamos celebrado el premio a Vargas Llosa, si no pesase la fuerte sospecha de que el galardón premia menos sus méritos literarios que su militancia activa en la detracción del proceso independentista que está transitando, con resultados más que prominentes, Latinoamérica.

¿Tenemos que no inmutarnos cuando alguien se refiere a la Argentina, como un país en donde se ve un proceso de decadencia?. Dice que los argentinos elegimos lo peor. Que es nuestra culpa por elegir al peronismo. A él le gustaba Argentina antes, en los años en que la oligarquía estaba en el poder. Eso sí que era un país en serio. Parecía Europa. Critica a “la pareja de los Kirchner”. No tienen cultura, dice. Cristina Fernández es un desastre. En algo tiene razón. Los argentinos somos los responsables de elegir un país en donde se recuperaron las jubilaciones y tienen movilidad asegurada dos veces al año, se recuperó Aerolíneas Argentinas, se aprobó una ley de medios antimonopólica, se aprobó la Asignación Universal por hijo y las expresiones populares nunca se reprimen. Elegimos seguir en el camino que estamos andando, reforzando la lucha por la igualdad de oportunidades y la mayor distribución del ingreso. Y los que no eligen este rumbo, lo dirán en las urnas.

A algunos de nuestros conciudadanos que aceptan con simpatía estas declaraciones del premio Nobel, a algunos de nuestros intelectuales, que hacen culto de la amplitud de mente y de criterio, les sugerimos: Se puede ser opositor al gobierno nacional, opositor a los distintos gobiernos populares de la América Latina sin, necesariamente, abjurar. Somos, afortunadamente, pueblos en emancipación, tenemos dignidad.
Se lo señalamos a nuestros claudicados.

(*) Licenciada en Física (UBA), 1974
INTI, (1974-1981)
CONICET, (1981-1988)
CNEA, (1984- 1995)
ARN, (1995-2010)

1 comentario:

  1. Mirta: Como siempre claras y contundentes tus palabras. Los intelectuales legitimados en ese mecanismo perverso del que ya dió cuenta brillantemente Bordieu se resisten, en natural analogía con los grandes medios de comunicación, a ser cuestionados. Tantos años de felíz impunidad no se entregan así como así, ¿no?

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