Es mucho lo que se arriesga
Mirta Ventura
Octubre 2013
Actualmente se debate y se
arriesga la ordenación del sistema político del país. Lo que llamamos
kirchnerismo, surgió del peronismo pero alberga otros sectores provenientes de
ideologías asimismo emancipatorias que se identifican con el kirchnerismo en la
aspiración que tienen para el destino del país y para la América Latina.
Distintos pero equivalentes
Como vimos en reiteradas
oportunidades, desde el 2003, al principio del proyecto vigente, la derecha y
parte del progresismo se han opuesto insistentemente a esta construcción,
restándole valor a la transformación que no cesa de producirse.
Curiosamente, las críticas que van
en sentido contrario, coinciden en desprestigiar tanto a las medidas
significativas tomadas, cuanto a todo aquél
que se muestra acordando con dichas medidas. Para unos,
éste es un gobierno estatista que
coarta las libertades individuales y empresariales y se mete en las vidas
privadas porque les exige que cumplan con sus obligaciones fiscales. Para los
otros, los progre a fondo, este gobierno es igual al menemismo porque concierta
con poderes extranjeros.
La derecha trabaja para darle un
corte a este ciclo, derrotarlo para que termine el populismo, la igualación de
oportunidades entre los unos y los otros. Que se liquide la corrupción, dicen
con la mente invadida por los medios hegemónicos que siempre han amparado a los
gobiernos más corruptos y que aún no han salvado sus propias corrupciones.
Aspiran a finalizar con esa indecencia de sostener que los ricos y los pobres,
los blancos y los negros, tienen iguales derechos. La clase media no quiere que
la clase baja se le acerque, quiere llegar a ser clase alta, pero la clase alta
no acepta que se arrimen.
El sector progresista no
kirchnerista, pretende que el kirchnerismo sea destruido porque no cumple con
todo el ideario revolucionario del que se ha hablado y soñado, desde mucho
tiempo atrás. No precisan cómo, si este proyecto fuera frustrado, para lo que
trabajan, harían para que triunfaran las ideas revolucionarias. Pareciera que
siguen con el nefasto slogan “cuanto peor mejor”. No valorizan los
enfrentamientos que se despliegan contra grandes corporaciones para llevar
adelante las medidas distributivas, igualatorias y soberanas que se han
realizado. Tampoco explican cómo Néstor y
ahora Cristina fueron y son protagonistas fundamentales en la constitución y
refuerzo de la UNASUR, del MERCOSUR, del NO al ALCA, si la evaluación que hacen
de este gobierno fuera como ellos dicen. Junto a Néstor, Lula, Vilma, Chávez,
Evo y Correa, Cristina es pieza indispensable de esta tan ansiada Patria Grande
Latinoamericana, también un sueño eterno, recién ahora en cimentación.
Sentido de época
En estos diez años se ha logrado mucho en el plano social, en la preeminencia de la política sobre la economía, en la
recuperación de soberanía. Se han atacado varios frentes de poder y nada de lo
hecho quedará para siempre si no se lo confirma en cada acto y si no se trabaja
duro, como hasta ahora, para seguir avanzando.
Los que estaban acostumbrados a
ver justa la injusticia, a combatir los movimientos populares, tienen claro que
a este camino hay que cortarlo. No pasa solamente en Argentina. Los acosadores
liberales acechan en los países latinoamericanos que se han atrevido a combatir
al neoliberalismo, aunque sea democráticamente (se han llenado la boca con esta
palabra que sólo respetan cuando lo elegido conviene a sus intereses), con
parlamentos funcionando.
Se han propuesto clausurar esta
etapa. No reconocen en ella ningún salto cualitativo, ni un sentido de época
que muchos desean que continúe, avance, se profundice y que no sea frustrado en
nuestro país ni en los demás países latinoamericanos embarcados en proyectos
equivalentes.
Sombras y confusión
Las corporaciones informativas
inventan lo que sea, sin pruritos, para desprestigiar al gobierno. No le
perdonan haberse atrevido a desafiarlos. Las mentiras instaladas en complicidad
entre opositores y medios periodísticos que esparcen sombras y confusión, se
han convertido en agua corriente en estos tiempos electorales. “La plata de los
jubilados”, dicen el Frente Renovador y los medios hegemónicos, sus aliados
circunstanciales. Expresión que esconde el verdadero significado de los fondos
de la seguridad social. Estos fondos están conformados por los aportes de los
trabajadores activos y de lo tributos patronales, pero además por el IVA,
impuesto que aportan todos los consumidores. La seguridad social no es
solamente para los jubilados, que reciben su jubilación, es también de los
trabajadores activos que reciben asignaciones familiares y los desocupados que
también reciben una asignación. La Asignación Universal AUH, es la extensión de
la asignación familiar a todos los que habitan el país aunque sean desocupados
o no tengan trabajo registrado. Cabe remarcar que todos aportan a la seguridad
social porque aún los desocupados o no registrados consumen y pagan el IVA
correspondiente que contribuye al fondo de la seguridad social. Con esta
cantinela desmerecen el portentoso salto fundacional del gobierno cuando
recuperó los fondos previsionales de las AFJP, que estafaron por años a los
jubilados y pensionados cobrando comisiones obscenas e inversiones que siempre significaron pérdida para los
aportantes. Los mismos que así se expresan se opusieron oportunamente a la
movilidad Jubilatoria para todos, un derecho ganado que representa tener un
sistema progresivamente más justo y más inclusivo. Otra mentira del candidato a
diputado del Frente Renovador es que “la plata de los jubilados”, se usa para
las netbooks que se reparten en las escuelas. La Anses solamente se ha
encargado de la provisión de las máquinas utilizando su gran experiencia en
administrar políticas sociales, pero no son fondos de la ANSES los que se usan
para comprar las netbooks del plan Conectar Igualdad, tan elogiado en todos los
ámbitos educacionales. La idea de desprestigiar a la ANSES, lamentablemente
ajusta con otra expresión vertida en el sentido de retornar los aportes
previsionales a los bancos privados.
Es mucho lo que se arriesga
Los opositores pregonan el “fin de
ciclo”, como expresión de deseo. Los que están comprometidos con este proyecto,
por el contrario, ansían profundizar y ampliar las conquistas en los dos años
que quedan hasta 2015. Unos destruyen, sin propuestas a cambio. Otros se
disponen, convencidos de que lo construido se defiende siguiendo el camino
emprendido en 2003. Hay dos proyectos, es un momento en que se está de uno o de
otro lado. Elegimos la Argentina que continúa consolidándose sin represión, sin
ajustes, a favor del país, de la igualdad, de la soberanía. El camino es
difícil, pero nunca se pensó que podría ser fácil. Se sabe que es mucho lo que
se arriesga. Los poderes, las mentiras, los privilegiados de siempre se
seguirán resistiendo. No siempre, como se
ve, con armas limpias.
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