No perder lo que tanto costó...
No
retornar al pasado gris...
Somos
muchos, nos tenemos...
Somos y
estamos...
Mirta Ventura
Octubre 2015
Objetivos
Escuchamos
decir frecuentemente, como si fuera un objetivo digno de querer alcanzar, que
podría realizarse un país sin fricciones si ganara tal o cual candidato.
Sabemos que esto no es así. Los intereses son muy distintos entre uno y otro
proyecto. No se está jugando en estas elecciones si vamos a vivir en un país
moderado o crispado. Esta disyuntiva no dice nada acerca del rumbo que el país
va a recorrer en los próximos años. La política no puede tomarse respiros ni
atajos. Lo que se haga a favor de los ciudadanos, de la igualdad de
oportunidades para todos los habitantes de este suelo, con proyectos propios a
favor de la independencia en lo económico, en lo social en lo político, en el
desarrollo industrial nacional para lograr esa independencia, con la
integración necesaria con Latinoamérica, va a ser siempre irritante para
aquellos que tienen como proyecto volver al neoliberalismo con “relaciones
carnales” con el Imperialismo. No se trata de buenos modales o crispación, se
trata de políticas que llevan a uno u otro lado del río
La
Argentina de hoy lucha por ser un país de iguales, con iguales derechos,
pretende crecer, desarrollarse y ser soberana. No cree que estar inserto en el
mundo signifique someterse y aceptar el papel que de afuera le quieren imponer.
La reestructuración de la deuda y el tratamiento que se dio a los fondos buitre
en relación a esa operación, así como la recuperación de YPF, Ferrocarriles,
Aerolíneas Argentinas, la sustitución de importaciones y la industrialización
nacional, los planes para viviendas Procrear... etc. Las jubilaciones, las
computadoras del plan Conectar Igualdad... son muestras del camino que se sigue.
Algo de nuestro pasado
Cuando
se elogia la Argentina del Centenario, por el contrario, se festeja una Patria
para pocos. El proyecto que se impuso era el de desechar al gauchaje. Se
destacaba la cultura francesa, se priorizaba al inmigrante europeo respecto al
habitante autóctono. De allí se obtuvo una Argentina europeizada que se
distinguía de los demás países suramericanos. La Constitución de 1853 reflejó
estas ambiciones elitistas para pocos y de sumisión colonial. Los que quieren
volver al dominio financiero de los 90, extrañan al país del Centenario.
Lo que tenemos
El
kirchnerismo ha mostrado una faceta que ninguna de las otras posibilidades que
se presentan actualmente pueden atribuirse. Este espacio contiene
fundamentalmente al peronismo pero también a varios componentes del llamado
espacio progresista. Hay peronistas que no están en el kirchnerismo y hay
kirchneristas que no son peronistas. Esta unión es la que ha podido sintetizar
la fuerza de la organización social, política y democrática. Es en este sentido
que decimos que no nos debemos permitir la disolución de esta amalgama.
Se
ha logrado una gran capacidad para convocar masivamente a sectores que se
fueron organizando para poder demostrar en momentos fundamentales el apoyo a
medidas trascendentes que el gobierno ha tomado,
a contramano de lo deseado por las fuerzas neoliberales que siguen pugnando por
volver. También la movilización popular ha podido expresarse en momentos de
grandes emociones de tristeza o de alegría. El ciudadano argentino que se
moviliza siente que es parte, se siente protagonista en la historia que estamos
viviendo y esto no debe perderse.
Se
devolvió el sentido a la política. En los 90, había sido vaciada, transformada
en un pretexto para el individualismo. La política para hacer un país mejor,
con intereses para todos, se recuperó. Este movimiento revivió al peronismo, que también había perdido
en esos años su espíritu sindical, de mejoras para la clase trabajadora, para
la inclusión de tantos desprotegidos, dándole un suplemento fundamental. Contiene en su espacio a grupos progresistas que
levantan los principios irrenunciables de la izquierda fundacional. La prueba
que esto es así es que hay parte del peronismo, el de derecha, que viendo el
sentido que el gobierno ha seguido de enfrentamiento con el poder real, lo ha
abandonado. En los 90 los gobiernos peronista
(Carlos Menem) y radical (Fernando De la Rúa) ataron a la nación a los
designios de Estados Unidos y poderes financieros que los usaron con ideología neoliberal para hacer sus
propios negocios perjudicando a la mayoría de los argentinos.
Nada
está asegurado. Hemos visto a cierto peronismo y a cierto radicalismo
convertirse en conservadores recalcitrantes. Queremos destacar, justamente, lo
contrario de esas manifestaciones. El peronismo contiene en su ideología lo
nacional y popular, la lucha a favor de los trabajadores y de los humildes. Por
esto es que decimos que lo que hemos llamado kirchnerismo supera
conceptualmente al peronismo porque contiene su parte emancipadora y de lucha
social con el agregado progresista que su conformación le da. Ideas de
izquierda dentro de este espacio son constituyentes. En palabras de Horacio
González (Director de la Biblioteca Nacional, miembro de Carta Abierta), “El
peronismo puede no ser un partido de izquierda, pero tiene que tener los temas
de izquierda”.
La
Argentina, desde 2003, dejó esa vieja fantasía oligárquica que nos hizo tanto
daño, de sentirse “europeo” en Suramérica. La Argentina ha logrado recuperar su
autoestima, se decidió a forjar su destino autónomo. El progreso en este país
ya no es parecer lo que no se es. Se tiene orgullo de ser latinoamericano. Se
ha tomado consciencia que no debemos depender, que lo nuestro es trabajar para
el bien común de nosotros y de los hermanos latinoamericanos con los que tenemos
un origen y futuro en común. También se ha asumido, no como una teoría, sino
como una vivencial experiencia, que lo nuestro, en este momento de la historia de
transformación latinoamericana que nos incluye, es lo nacional, popular, y
democrático.
El
camino está lleno de obstáculos pero no se ha dejado de avanzar en todos estos
últimos 12 años. Cuando festejamos el bicentenario del nacimiento de nuestra
patria, estos han sido los valores destacados para celebrar.
Lo que vendrá
A
partir del 10 de diciembre de 2015, habrá un nuevo presidente en la República
Argentina. Hemos tenido 12 años de kirchnerismo con grandes transformaciones
necesarias para lograr alcanzar un país no sometido a los grandes países y
corporaciones. No está alcanzado este propósito en su totalidad lo que nos
indica que cualquiera sea el resultado obtenido en las elecciones
presidenciales que se avecinan este 25 de octubre, el kirchnerismo y más
ampliamente el Frente para la Victoria, (alianza electoral constituida por
distintas vertientes del peronismo, del centro-izquierda, el Movimiento
Nacional Alfonsinista encabezado por Leopoldo Moreau, y también otros
dirigentes que vienen del socialismo, del comunismo, de la democracia cristiana
etc. Se usa, a veces sin precisión, indistintamente como kirchnerismo) no debe
desintegrarse. Por el contrario hay que seguir construyendo.
Si
la fórmula presidencial electa resulta ser Daniel Scioli – Carlos Zanini del
Frente para la Victoria, esta construcción se hará con mayor facilidad,
seguramente, porque es quién se dice el sucesor de este proyecto abocado a
continuar avanzando en profundidad. Un anhelo anunciado, es promisorio. Se
propone crear un Ministerio de la Economía Popular desde el ministerio de
Desarrollo Social para lograr que todos los habitantes de este suelo tengan
techo, tierra y trabajo. Veremos.
Mucho
más trabajoso va a ser si la elección se inclina a favor de Sergio Massa –
Gustavo Sáenz del UNA, o de Mauricio Macri – Gabriela Michetti de “Cambiemos”. Massa
que, entre otras vueltas al pasado, se compromete si es él el elegido
presidente, a ocuparse de que los Ministerios de Seguridad y de Defensa puedan
actuar contra el narcotráfico. Propone que las Fuerzas Armadas se instalen en
las fronteras y se introduzcan en los barrios pobres para actuar directamente
sobre los narcotraficantes. No repara en que esto está prohibido por la ley De
Defensa Nacional Nº 23.554, en la que se establece una clara diferenciación de
los ámbitos de actuación de seguridad pública o ciudadana y defensa nacional, por
la que se ha trabajado mucho desde el retorno a la democracia, después de la
experiencia vivida en la dictadura. Parece no enterarse de lo que está pasando
en Méjico con esa idea de intervención que se ha cobrado miles de vidas. La
propuesta es grave.
Macri,
que más allá de todo el funcionamiento corrupto con que se manejan las cuentas
de la ciudad, tan desenmascarado en los últimos meses, promete vivienda para
todos cuando en la ciudad
no cumplió en ocho años que la dirige con sus obligaciones en ese rubro,
y hasta ha subejecutado el
presupuesto adjudicado para ese fin. Los diputados del PRO (cuyo jefe es Macri), fueron los únicos
que no votaron a favor de la creación de una Comisión Bicameral para investigar
las responsabilidades civiles en la dictadura. Es nefasta para Argentina la
posibilidad de que él sea el próximo presidente.
Somos y Estamos
No
hay espacio para el descanso, no se trata de llegar a una meta y entonces
descansar. Esto es dinámico. Los que hemos compartido con satisfacción lo transitado
y conseguido en estos últimos años, deberemos seguir profundizando y avanzando
para no permitir que se retroceda. Somos conscientes y estamos presentes.
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