Vida digna para todos
Mirta Ventura
Abril 2014
Sistema Democrático
La afirmación del
sistema democrático como forma de gobierno aparece, actualmente, como la mejor
opción cuando se pretende que las sociedades sean cada vez más incluyentes e
igualitarias. Pero no siempre este deseo de igualdad se obtiene bajo este
sistema de gobierno, porque está inmerso en el concepto capitalista de
acumulación de capital, sin freno, por parte de las minorías más poderosas. La
mayoría de las democracias latinoamericanas, que están combatiendo al
neoliberalismo de los 90, se enfrentan a esta problemática.
Los sectores
beneficiados con las políticas neoliberales, solamente reconocen la democracia,
si ésta está ejercida por gobiernos que favorecen y respetan, ampliamente, sus
privilegios. Las nuevas democracias luchan por alcanzar la igualdad de todos
los ciudadanos enfrentando conflictos permanentes. En los setenta, cuando se
conceptuaba la revolución por vía armada, no se creía que con la democracia, se
respetarían los derechos igualitarios e incluyentes para todos. Se es conciente
que para lograrlo hay que seguir, obstinadamente, peleando por la emancipación
de los países poderosos que siguen actuando de acuerdo a sus beneficios. Los
opositores internos a esta camada de democracias del Sur, son deseosos de
pertenecer al primer mundo, parecerse a ellos y no consideran “justo”, que
cualquiera goce de parte de los beneficios que ellos creen tener por derecho
ancestral.
Las democracias
actuales se enfrentar a los persistentes acechos del mercado con intenciones
desestabilizantes. Esta lucha con los poderes económicos no es acompañada por
las clases altas, ni por los monopolios económicos, ni por los partidos
políticos opositores, aunque todos hablan de democracia e institucionalidad.
Antes de los ochenta,
cuando algún gobierno democrático no satisfacía en todos sus privilegios a las
clases dominantes, se recurría a golpes militares que instalaban dictaduras
económicas y que han recurrido a una represión genocida inconcebible, para no dejar
dudas de que no se iba a aceptar la posibilidad que la riqueza se distribuya
equitativamente.
Recursos Naturales
Para avanzar hacia la
independencia económica, necesaria para ejercer la democracia para todos, los
países que son poseedores de recursos naturales, deben proyectar su
utilización. Nada es fácil, porque justamente, a los países capitalistas del primer mundo no les
conviene que los países emergentes se independicen. Por el contrario quieren
ellos extraer y utilizar los recursos naturales que son vastos en el sur de
América. Se ve, a esta altura del desarrollo que han obtenido con mucho
esfuerzo varios países suramericanos, que las derechas internas y los poderes
externos ya están actuando para impedir que este proceso siga creciendo.
Los países dominantes y
los grupos seudoecológicos no cuestionan la acumulación de riqueza en manos de
pocos, generada con explotaciones realizadas en territorios ajenos, pero se
manifiestan en contra de la explotación de los recursos naturales si los países
emergentes la realizan para sí. Los países progresistas de la región, por el
contrario, han logrado, con impulso propio realizado cumpliendo con las
distintas políticas de control y sociales, avanzar en la redistribución de la
riqueza. Todo esto está amenazado en varios países, incluido el nuestro.
La disyuntiva entre el
extractivismo y la ecología existe, pero un estado democrático, que tiene como
proyecto que la vida de todos tiene que valer lo mismo, no puede ni debe
aceptar que algunos usen toda la tecnología y el confort, cuya posibilidad está
en su poder económico, y que las posibles consecuencias negativas por la
extracción de insumos las sufran otros que trabajan en las zonas extraíbles.
Además la ganancia queda para las empresas que usan estos materiales para la
construcción de elementos electrónicos de gran consumo. Este estilo de
democracia, es respetada en los países capitalistas. Los países que en estos
años están trabajando para conseguir los derechos sociales igualitarios, usando
como forma de gobierno la democracia, no aceptan que estas explotaciones y
desigualdades continúen. Un Estado Regulador es necesario para sostener lo
obtenido y seguir avanzando. Estas democracias no son respetadas por los
defensores de privilegios.
El Estado, debe regular
la producción, la comercialización y el abastecimiento alimentario interno,
cumpliendo con la normativa y con el conocimiento experto de los ciclos
regulares de la naturaleza, para minimizar el impacto de la extracción. Educar
a todos los ciudadanos, pudientes o no, de hacer uso racional de los bienes
dependientes de la naturaleza, y fomentar la participación ciudadana en el
cuidado de los recursos naturales, así como promover la equidad en la
distribución de los recursos, es tarea fundamental de esta etapa, en la que se
ha avanzado en el enfrentamiento a grandes corporaciones y en la inclusión
social.
Lo ecológico, no puede
abarcarse aisladamente de todas estas consideraciones. La posición actual de
los países latinoamericanos implica un cambio de concepción que no puede
conseguirse si no es colectiva y participativa. Los países de la Unasur lo
deben difundir y concretar en conjunto. Los recursos naturales explotados en
esta línea, en la región, son necesarios en muchos aspectos: la industrialización
para el desarrollo autónomo, la protección de los trabajadores, la
redistribución de la riqueza y la soberanía.
Capitalismo, democracia e Izquierdas
Las izquierdas más
tradicionales no han querido, o podido, aceptar esta posibilidad de democracia
en el capitalismo. Lamentablemente, no contribuyen a que la democracia sea cada
vez más profunda y que efectivamente la independencia se consiga con cada
medida igualitaria y soberana. Es decir, no creen en la democracia, y
generalmente terminan asociándose con la derecha en contra del gobierno
democrático. De todos modos no se abstienen en las elecciones democráticas y se
alegran cuando obtienen una banca en el Congreso.
La mentalidad del
crecimiento infinito que mueve a los capitalistas a acumular más y más riqueza,
es la que ocasiona los verdaderos problemas ecológicos. La extracción de
recursos naturales, regulados por el Estado, con el cumplimiento de todas las
normas de seguridad, no tiene por qué ser un obstáculo para la protección de la
naturaleza y la vida. Los beneficiados de siempre no quieren, ni piensan, como
algo razonable, que los habitantes de algunas regiones que tiene riqueza bajo
su suelo, no tengan solucionado su medio de vida. Cumpliendo con todos los
preceptos de regulación, la extracción puede ser una operación viable y
sustentable.
Argentina en desarrollo
Gas y petróleo
En Argentina, la
recuperación de YPF a manos del Estado, revirtió el camino descendente de la producción de petróleo y
gas que se produjo durante la administración de REPSOL . Se frenó la salida de
divisas al exterior sin inversión local. La rentabilidad dejó de ser la única
finalidad del proyecto, permitiendo que las inversiones estén estratégicamente
direccionadas al proyecto de desarrollo nacional autoabastecido.
Energía nuclear
También en este período
se ha trabajado en la continuación del Plan Nuclear, interrumpido durante los
años ochenta y noventa. En 2006 con el Plan de Reactivación de la Actividad
Nuclear, se rescató el propósito con la que fue creada la Comisión Nacional de
Energía Atómica (CNEA): Diversificación y modernización de la matriz
energética, acrecentamiento de la oferta eléctrica, explotación minera de
Uranio, producción de agua pesada, aumento y recuperación de personal
calificado en la materia, etc.
Argentina está
comprometida con el uso pacífico de la Tecnología Nuclear y con la seguridad de
todas sus instalaciones sin renunciar al derecho inalienable de desarrollar
Tecnología Nuclear con fines pacíficos. No se acepta, bajo ningún concepto,
límites al derecho soberano de los países a la autonomía tecnológica. Muestra
de todo este compromiso, son la finalización de la Central Atucha II, el
continuo y satisfactorio funcionamiento de las Centrales Atucha I y Embalse y
de los reactores de investigación. Es una industria autónoma que provee de
energía al país y que permitió exportar reactores de investigación
internacionalmente. El reactor CAREM de diseño argentino, también es un logro
en esta asignatura.
El sector nuclear
argentino encarna la posibilidad de que una Argentina soberana en su
tecnología, se industrialice y avance en su fase inclusiva. Entre 2006 y 2014,
se establecieron unos 6000 nuevos puestos de trabajo.
Minería
Los minerales y
metales favorecen fuertemente al desarrollo de las sociedades y a las
economías. No se puede negar la importancia que tiene la minería en países en
desarrollo que tienen minerales en su suelo. Cuando la gestión es apropiada y
eficiente, no se puede discutir el derecho genuino y soberano de explotar las minas
conforme a las necesidades económicas de cada región.
Existen marcos
regulatorios y legales que amparan el beneficio social y económico para los
habitantes del lugar, sin descuidar los posibles daños sociales o ambientales
que puedan ocurrir.
Vida digna para todos
Los Países
Latinoamericanos progresistas, trabajan para tener soberanía energética porque
es parte fundamental en su lucha emancipatoria. La disyuntiva desarrollo o
ecología, es una falsa opción. El equilibrio debe verse con mirada amplia y con
una certera puesta en valor. La ampliación de derechos sociales, de educación,
de trabajo, de salud, igualitarios, vitales para todo habitante es un valor
supremo. La geografía alterada racionalmente, constructivamente, cumpliendo con
leyes impuestas internacionalmente, aplicadas por los gobiernos locales no
extranjerizantes, es una posibilidad considerable, si efectivamente, prima el
valor de vida digna para todos.
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