Sus herramientas
Mirta Ventura
Marzo 2014
Es claro que la devaluación no ha
sido una medida deseada, sino forzada por los sectores económicos abusivos que
actuaron en beneficio de los sectores exportadores que no liquidaban su
producción. Presionaron para que suba la cotización del dólar y entonces sí
vender, ganando más. No solamente los empresarios beneficiados son los
agropecuarios. Muchos pertenecientes a nuestra clase empresaria, especulan sin
importarles la economía del país para beneficio propio y adosados a ellos están
los que ideológicamente sostienen el beneficio individual como un tesoro, así
hayan sido beneficiados por las políticas inclusivas implementadas por el
gobierno nacional a lo largo de estos
últimos daños. Hablan de mantener el valor de sus ahorros (que solamente
importan, para ellos, si son en dólares). No consideran el movimiento de
precios que la devaluación conlleva, catalizada por los formadores de precios
que se sienten libres de incrementarlos más de lo que la devaluación implica.
Esta metodología no es nueva, la han aplicado contra otros gobiernos. Medios de
comunicación que difunden el miedo a la desestabilización que ellos mismos se
ocupan de efectuar, para instalar ambiente de caos, junto a poderosos que
liquidan grandes cantidades de dólares y se esmeran para producir gran
inflación, son todas maniobras que conocemos. Sin embargo, en grandes partes de
la sociedad argentina aún tienen prédica.
No es a un nacionalismo primitivo
a lo que se apela. Se invoca a un nacionalismo fundado en la idea emancipatoria.
Defender al país, no es en este caso como si fuera un país imperialista que su
nacionalismo implica someter a países emergentes, se trata de lograr una real
independencia que permita trabajar hacia la libertad que solamente se logra, en
este estadío de países, con el logro de la igualdad. Se oponen, justamente, a
todo lo que ayude a estos resultados. Se intenta, por todos los medios, volver
a instalar que la política no sirve, que se avecina un nuevo caos, siendo los
constructores del mal que dicen preocuparles.
Los detrimentos actuales, que sí
existen, no serían tan caóticos si se analizara en forma global la evolución
económica que se ha sucedido en los últimos años. El gobierno ha mostrado en
varias oportunidades su capacidad de reacción, enfrentando los problemas
jugándose con más avances. En este momento sería gratificante y diría necesario
que ocurra lo mismo.
La consigna de seguir creciendo y
distribuir no deja de ser en ningún momento premisa principal. La sustitución
de bienes importados vinculada a solucionar los problemas cambiarios y al
desarrollo necesario para el crecimiento, requiere de más energía. La
independencia energética necesita, mayor inversión para obtener petróleo y gas.
El tipo de cambio se trata conjuntamente a la realización de paritarias con los
gremios trabajando para que el poder adquisitivo de los salarios no se vea
disminuido. El mercado interno, fuente de movilidad del proyecto, no debe verse
afectado ya que es la base del crecimiento con inclusión de esta democracia.
Ante la devaluación, que no es
algo deseado ideológicamente, pero se sostiene por necesidades de gestión, no
se dudó en generar e implementar medidas que amengüen la
indecorosa acción de aumentar precios más allá de lo posiblemente necesario. Se
establecieron acuerdos con industriales, con comercios de alto rango, con los
formadores de precios reales y se apeló a la difusión mediática para incentivar
la actitud ciudadana individual de controlar los “precios cuidados”,
establecidos en acuerdos con las cámaras comerciales. También el gremialismo
fue convocado y parte de ellos acompañan esta tarea necesaria de enfrentamiento
a las grandes corporaciones desestabilizadoras. Es de suponer que el Estado
seguirá utilizando instrumentos (iguales o distintos), que le aseguren ser el
que realmente conduce la Economía. Es lo que anhelamos y confiamos que así sea.
Una vez más, los grupos de
izquierda y progresistas no kirchneristas, no se enfrentan a estos poderes por
no acompañar al gobierno, aún en esta lucha que viene desde siempre en la
historia argentina. También ciertos peronistas, ante las dificultades que se
viven hoy, se fueron corriendo hacia la derecha creyendo que se están
acomodando a lo que vendrá. Esto no nos sorprende, siempre hubo en las filas
peronistas reacciones de este tipo que dieron lugar a patéticas gestiones
privatizadoras anti patria diciéndose “peronistas”. Es una discusión no
saldada.
Estos grupos no han celebrado la
reestatización de YPF como sus credenciales ameritarían. A la reestatización la
llamaron confiscación y trinaron por lo que se opinaría internacionalmente.
Cuando se arregló bilateralmente la indemnización por la expropiación a REPSOL,
se acusó al gobierno de traidor vendido al imperialismo. Lo mismo con los
fondos buitres, a quienes defienden y al Club de París. Siempre están esperando
que al gobierno le vaya mal. ¿Los que no son partícipes directos, los que son
“gente de a pie”, no les llama la atención esta conducta, que brega por el fracaso
del gobierno? ¿No está claro que por intereses individuales corporativos, no
les importa que pierda, no exclusivamente el gobierno, sino el país, Argentina,
los argentinos?
Los radicales han realizado un
documento en el que prometen, si ellos gobiernan, disminuir los impuestos y
eliminar las retenciones en los productos agropecuarios exportados y se lo
entregaron a la Mesa de Enlace. Los massistas hablan de salarios en baja con
consentimiento de los trabajadores. La actitud de Massa, desprestigiando el
trabajo realizado en la elaboración de un Código Penal para sustituir el
enredado Código actualmente vigente, llevó a otros grupos opositores a repetir
las falsedades argumentadas por el Frente Renovador (FR). Todos se oponen a
discutir el Código Penal, después de haber participado durante dos años en la
elaboración del anteproyecto, hoy en manos del ejecutivo, publicitando
aberraciones falsas sobre su contenido. Aquí también, se ve la actitud
destructiva de no aportar otras ideas para discutir, sino que pretende demoler
lo hecho utilizando como arma principal la mentira, la complicidad de los
medios de comunicación concentrados, que no son otra cosa que parte de las
corporaciones enfrentadas en estos años, y la ideología elitista aún de muchos
beneficiarios de estos años de inclusión.
Herramientas
Cuando el gobierno tomó la
decisión de renegociar la deuda expuso su voluntad de no excluirse del mundo, y
manejó medidas reales, impuestas por las
circunstancias para que el país siga creciendo. Allí acusaron al gobierno de
débil, cuando poco antes lo acusaban de estar fuera del mundo. La
gobernabilidad está en juego con cada una de estas medidas que se van tomando y
la firmeza con que se las afronte. Lamentablemente, enemigos de adentro
trabajan incesantemente para que se fracase y se regocijan advirtiéndolo.
El riesgo es muy grande. Si el
ejecutivo resigna, lo que tanto costó construir se deshace rápidamente. El
gobierno llamó a industriales y a
sindicalistas a acordar la metodología para no entrar en esa decadencia con la
que especulan. No es ingenuo incluir a los empresarios ya que son los
principales formadores de precios. Convencerlos de que si el poder adquisitivo
disminuye, contrae el consumo y todos resultan perjudicados, no es tarea fácil,
porque ellos siempre cuentan con armas que les permita auto beneficiarse. Que
la ciudadanía tome conciencia de esta gran responsabilidad que tienen, tampoco
es sencillo, pero bien vale la pena insistir.
No hay contradicciones en el
actuar de los opositores a este proyecto. Tienen claro sus objetivos e
intereses. Repasar los logros y la fortaleza con que se han asumido muchos
cambios es lo que da confianza y fibra para insistir, siempre que no se
retroceda. Tenemos la ventaja de haber superado mentalmente y en los hechos las
doctrinas deterministas que aseguraban que el éxito iba a llegar de una manera
u otra. Sabemos que dependerá, principalmente,
de saber proporcionar las herramientas adecuadas a la rigurosa
circunstancia, pero nunca sustituir objetivos. Esto es tener un proyecto.
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