La utopía no puede faltar en un proceso que se propone seguir vigente
Mirta Ventura
Diciembre 2013
La política se ve manchada, desprestigiada, arruinada, por medio de
algunos que la ejercen inescrupulosamente, sin ideales, solamente por intereses
particulares y beneficios propios. Dejan desvirtuado el motivo noble de la
política que para algunos es el de transformar la realidad para favorecer la
vida de los ciudadanos, con ideales de igualdad, justicia, libertad, trabajo,
inclusión, participación. Los que así no la consideran, ni siquiera conservan
la ética de defender principios. Hoy están en favor de algo y si el gobierno lo
realiza, están en contra. Lamentablemente, la mala influencia no los mancha
solamente a ellos. Los medios, dueños de la acción de estos activistas, imponen
estos procedimientos, haciendo parecer que toda la política está así manchada.
Una actitud digna del hombre, está perjudicada y mal vista por acción de estos
personajes disfrazados de políticos, pero que son solamente operadores de
intereses individualistas y oligopólicos que se sienten depositarios de todos
los derechos.
Al kirchnerismo se lo
ha criticado por sus formas, por la agresividad, la falta de comunicación de su
ministro de economía, especialmente, y de otros funcionarios. Para la oposición
después de las elecciones de medio término, se había llegado a una situación a
la que llamaron “fin de ciclo”. No solamente del gobierno sino también de todo
lo que se ha llamado “kirchnerismo”.
Luego vino la
enfermedad de Cristina. No evitaron expresarse con presagios aciagos, lo
que les dio pie, nuevamente, a
aventurar el fin, de tal modo que se llegó a hablar del “cómo” serán los dos
años que restan hasta 2015.
Pero el fallo de la Corte validando la Ley de Medios
Audiovisuales, sacó la falsa imagen de derrota que le quisieron atribuir al
oficialismo, y la vuelta de Cristina sana, vital, creativa, políticamente
hablando, con cambios significativos en el gabinete, también tiró por la borda
la supuesta derrota y fin del kirchnerismo.
Oposición variable
El aislamiento del país en el
concierto mundial, fue otro tema de disconformidad con el gobierno. Se
opusieron a la recuperación del 51% de YPF para la nación. Llamaron
confiscación al procedimiento de expropiación de las acciones de control de
Repsol, y se pusieron a favor de REPSOL, empresa expropiada. Argentina está
aislada del mundo decían, y nadie vendrá a invertir en el país.
La oposición nuevamente
sorprendida, viró. Hicieron gala del “tengo estos principios, pero si no les
gusta, tengo estos otros”. El gobierno llegó a un acuerdo con REPSOL, por la
indemnización que se le debe pagar (a la que no se le aceptó la cuantiosa suma
que primariamente habían reclamado), entonces el gobierno claudicó. Ya no se
habla de aislamiento de Argentina en el mundo, ahora se critica por izquierda
por cumplir con las leyes. La resolución del problema con REPSOL, apunta más
allá del caso puntual, actúa a favor de la consideración de la idoneidad del
país, dejando a las corporaciones en la situación de acatamiento
Como dijimos, arruinan
la política. Mienten, esgrimen una opinión u otra para oponerse, para seguir
sirviendo a los verdaderos ideólogos.
No escapa de estas contradicciones la oposición
progresista. Hablan de industrializar, de reactivación económica, pero se
encierran en un libreto rígido que no les permite ver que los momentos
políticos van evolucionando. Que para llegar a algún punto, primero hay que
pasar por otros. Contradictoriamente no aceptan (paradójicamente) la dialéctica
de un proceso que no es estático. El crecimiento que obtuvo el país en estos
años, necesita de otras transformaciones que hasta ahora no se han podido
encarar. La soberanía energética se vuelve prioritaria, cosa que claramente
pertenece al ideario progresista. Sin embargo la explotación de Vaca Muerta,
que es una fuente inagotable de energía, no es bien considerada por este
sector, porque no es realizada por el Estado argentino, aunque saben muy bien
que lejos está la posibilidad material de que así suceda. Del mismo modo, no
tienen en cuenta que el acuerdo con REPSOL, abre el camino para que otras
empresas estén interesadas en invertir y explotar en la Argentina. El gobierno
con este acuerdo, cumple estrictamente con lo dictado por el Congreso de la
Nación en la Ley de expropiación de 51% de YPF. Esta cuestión es fundamental
para este momento del crecimiento del país. La izquierda de hoy solamente
esgrime eslogans. De objetivos políticos, nada. Actúa como si nada hubiera
cambiado desde los 90.
Proyecto de país
El kirchnerismo no tiene
un manual escrito de procederes. Sí tiene objetivos a cumplir. En una etapa reactivar el consumo interno
era una herramienta para activar la economía, la industrialización un motivo
para el desarrollo autónomo. Hoy la sustitución de las importaciones para
continuar el crecimiento, pero además evitar la salida de divisas, necesita de
la soberanía energética. Implica que es necesario contar con herramientas
distintas, más sofisticadas, a las usadas hasta el momento.
El camino conserva
dirección y sentido, no se cambia de objetivos. Los instrumentos para afrontar
las diferentes situaciones a las que se ha arribado, deben ser suficientemente
dúctiles como para servir a esa diversidad.
Los diferentes
funcionarios van cumpliendo roles, acorde al momento que se transita. No hay
claudicación ni final de gobierno. Los nuevos actores vienen porque cumplen con
algún requisito necesario para la continuidad, no estática, del rumbo
ascendente. Hay problemas a resolver y se verá si se puede, pero de ninguna
manera se transmite que estos dos años que vienen, serán para hacer la plancha.
Por el contrario hay motor suficiente para
enfrentar problemas y seguir consiguiendo más conquistas sociales,
económicas y de evolución considerable en relación al lugar que se ocupa en el
mundo.
Posibilidades
El Estado, si pone sus
condiciones cuando hace convenios con empresas extranjeras para conseguir la
independencia energética, está siguiendo su camino progresista. No
desarrollarse por principios rígidos, es seguir pensando que es más fácil ser
opositor que ser el que ejecuta las políticas. Si el propósito de esta
izquierda es conseguir algunas bancas y solamente eso, seguirán en esta
posición. Lo que podrían aportar no lo hacen y se sienten más revolucionarios,
poniendo trabas sin contribuir a la profundización del cambio que estamos
viviendo.
Los que se suben al proyecto que se enfrenta a los
poderes oligárquicos, al proyecto que se está proponiendo seguir creciendo y a la vez
reducir las importaciones sustituyéndolas por industria argentina y para eso se
propone el autoabastecimiento energético hoy, ésos son los progresistas. A la
izquierda no se ve nada.
La política arruinada
La oposición de derecha y de izquierda con sus periodistas y medios resistentes a las leyes democráticas, con sus falsos argumentos, con sus falta de ideas alternativas, con su no contribución al buen funcionamiento del país, defendiendo a los monopolios, aún cuando los interesados sean grandes poderes internacionales, arruinan la política.
La noble tarea
que debiera ser trabajar para que los habitantes del país todo vivan mejor,
cuidar y defender lo nacional, trabajar no solamente para el bien individual y
sentirse partícipe de la transformación que tenemos la fortuna de vivir, es la
política que revindicamos. La utopía no puede faltar en un proceso que se
propone seguir vigente.
Muy bueno -como siempre- el tan necesario análisis del "día a día". Hasta el hueso, como se dice popularmente
ResponderEliminarRespecto a las oposiciones, la de derecha está descalificada por su propensión a ir a informar (alcahuetear) y quejarse de lo que no logran obtener por el voto democrático. En muchos países se consideraría un acto de traición.
La de izquierda, ya fue comentada por Néstor con su famoso aforismo "a mi izquierda..? la pared"
Villejuifsense