¿Solamente el oficialismo debe defenderla?
Diciembre 2013
Celebración
La democracia se fue construyendo desde 1983. Es el sistema político
que se constituyó a lo largo de estos 30 años. Le pertenece a todos, y todos
los que están a favor de este sistema de gobierno no sólo son responsables de
cuidarla, sino que debieran sentirse partícipes necesarios de su custodia.
La celebración, ineludible, por transitar 30 años
sin interrupciones de esta tan costosa democracia, es derecho de todos. De
todos los partidos políticos de distintas ideologías, de asociaciones,
movimientos y de cada individuo en particular. No se sienten con deseo, pero
sobre todo, con necesidad de encomiar la democracia aquellos que prefieren abiertamente
o solapadamente, otro modo de gobierno que ya hemos sufrido.
En estos días hemos asistido a otra estrategia de desestabilización,
distinta de la vivida en 2008, pero integrante del mismo plan, esta vez a manos
de policías provinciales. El plan es el que “Carta Abierta” nombró, cuando el
lock out agropecuario, con acierto, “clima destituyente”. No casualmente, este
perjuicio ilegítimo fue realizado cuando se estaban organizando los festejos de
los 30 años. Pareciera que algunos piensan que poner en jaque al gobierno,
justifica hacerlo con la democracia que, como dijimos, es de todos.
Muchos opositores reaccionaron, rápidamente, pidiendo que la
celebración debía suspenderse, que no era momento de festejos cuando había
muertos en el país. Sin embargo, no consideraron que la democracia se defiende,
como siempre, en La Plaza. Dejarles el terreno a manos de los que,
explícitamente, actuaban para impedirlo, hubiera sido una derrota que no se
hubiera correspondido con el proceso democrático que vivimos.
La plaza se llenó de los que están identificados con el país. Los
mezquinos que con tal de hacer algo en contra del gobierno no priorizaron la
importancia de ser muchos, de defender
el territorio, se equivocaron. Los que genuinamente sintieron que había que
posponer la conmemoración por las vidas perdidas, no actuaron en defensa de ese
mismo legítimo sentimiento. Las muertes, efectivamente, son un dolor
insistente, que no queremos seguir sufriendo. No se las enaltece cediendo, al
primer amague, lo que es de todos. Los que se juntaron en la Plaza haciendo
causa común, con el compromiso de no abandonar el papel de cada uno, y el acto
en el Museo del Bicentenario, con la presidente actual y los ex presidentes
vivos o sus representantes, constituyeron una esperanzadora simbología
incluyente de todo el campo democrático que contrastaba, nítidamente, con
aquellos que a la primera intentona consintieron a favor de los insurrectos. No
solamente el oficialismo tiene el deber de defender la democracia.
Acto seguido del retiro de las funciones específicas de los agentes de
seguridad de los Estados, sin mediar ningún disparador de carencia social que
explicara (nunca justificara), se produjeron saqueos delictivos organizados y
zonas liberadas que incluyeron, en muchos casos, a los mismos policías.
El conjunto de las fuerzas políticas emitieron un comunicado en contra
de la acción ilegal de las Fuerzas de Seguridad. Por lo expresado y actuado por
los dirigentes, el escueto comunicado, trasunta que es sólo un cumplido formal.
Estos sucesos dejaron a la luz algunas dificultades que se fueron
tratando más de una vez en estos 30 años. Por distintos motivos, cada vez que
se avanzó en el tratamiento de los problemas que acarrean las Fuerzas de
Seguridad en los diversos gobiernos democráticos, luego se volvió a retroceder.
Distinto ha sido lo ocurrido con las Fuerzas Armadas. Todavía las Fuerzas de
Seguridad no cumplen con el Estado de Derecho. Los ciudadanos más desprotegidos
de la sociedad argentina sufren, frecuentemente, violencia y abusos por parte
de algunos de los miembros de la fuerza, que no tienen límite en sus acciones
corruptas. Las condiciones servidas para los saqueos fueron cimentadas por esa
policía.
Varios partidos y agrupaciones opositoras intentaron suspender el acto
y festejo por los 30 años de Democracia en Plaza de Mayo. El radicalismo quiso
que se decretara día de duelo”, por las vidas perdidas. Dijeron “el mejor modo
de celebrar la democracia es ofrecerles a los argentinos una alternativa de
progreso y de bienestar”, simulando ignorar que las condiciones sociales de los
argentinos más necesitados, han tenido gran progreso en estos años y que los
saqueos organizados, nada tuvieron que ver con reclamos de esa índole. Macri
usó los mismos argumentos y comparó, como De la Rúa, estos sucesos con lo
ocurrido en 2001. Carrió y Binner, también abogaron por
suspender la celebración.
Estos políticos actuaron como si no conocieran que, aunque el
conflicto surgió por un reclamo salarial de la policía cordobesa, muy mal
atendido por el gobierno de esa provincia, los actos sediciosos no surgieron
espontáneamente por necesidades, sino que fueron organizados para atacar al
gobierno democrático. No les interesa la profundidad del significado de no entregar
fácilmente las conquistas y lugares de la democracia a sediciosos organizados.
¿Cómo llamar a estos políticos que no defienden la democracia pero siempre se
presentan a las elecciones democráticas? Si ellos no son los que están
gobernando, no respetan la democracia.
Para no privarnos de nada tuvimos la oportunidad de saber de una
reunión de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CRA, FAA,
CONINAGRO y la SRA), a la que asistieron muchos de los que no contribuyeron a
la fiesta de la democracia y de verlos en una foto de antología. Todos juntos
estuvieron además de Luciano Miguens, Mario Llambías, Geónimo Venegas, Hugo
Biolcati, Ricardo Buryaille, Alfredo de Ängeli, los políticos Eduardo Duhalde y
Mauricio Macri (que no estuvieron en el Museo del Bicentenario en el acto del
10 de diciembre), Julio Cobos, Hermes Binner, Sergio Bergman, Eduardo Amadeo,
Patricia Bullrich, Pino Solanas y siguen las firmas... Con la Mesa de Enlace,
sí se entienden.
Hugo y Pablo Moyano por un lado y
Néstor Pitrola por otro, se largan a declarar paro y a tomar la calle para los
próximos días, por reclamos salariales y dobles aguinaldos para fin de año,
para no ser menos que los policías. No se hacen cargo de que ellos tienen
paritarias y que los acuerdos los van llevando durante todo el año en la mesa
de negociación en donde se trata de encontrar un equilibrio entre las
necesidades laborales y las posibilidades gubernamentales. Otro indicio de que
lo que están buscando es ingobernabilidad. En sus propósitos no figura la
defensa de la democracia...
No todas son desventajas. Estos
sucesos reafirmaron que la Seguridad Pública debe ser reformada. Es una deuda
significativa de la política. El gobierno propuso que el debate se extienda y
profundice ya que está visto que las fuerzas de seguridad tienen gran poder
potencial de desestabilización. La reforma debe arrancar desde bien abajo,
desde las comisarías que no pueden seguir siendo terrenos de detención
arbitraria y muchas veces de torturas, ni las cárceles ámbitos de castigo
únicamente. Ambas deben funcionar como lugares de seguridad. Las instituciones
de seguridad son competencia de los estados provinciales, pero la reforma debe
abarcar a todo el país y debe existir la posibilidad que el Estado Nacional pueda
actuar en casos que lo amerite. La justicia actuará para conocer y castigar a
los autores materiales e intelectuales.
La presidenta mostró decisión y
llamó a afrontar los desafíos que todo lo sucedido impone a todo el arco
político. El gobierno no se desentendió de nada, ni trivializó el problema ni
su solución. La construcción y fortalecimiento de la democracia sigue su molde
constitutivo. La democracia impone concientizar las falencias y los traspiés y saber usar el poder de
convocatoria para ampliar las posibilidades de respuestas. No solamente la
fuerza gobernante lo debe internalizar. La presidente llamando a todos los ex
presidentes de la democracia y compartiendo con ellos el acto de conmemoración
de los 30 años de democracia, en donde reprobó contundentemente la actitud
sediciosa de las policías, actuó en el sentido de la ratificación democrática.
Las muertes deben ser esclarecidas
y la justicia debe actuar con toda firmeza en el castigo a los culpables. Las
movilizaciones a la Plaza de Mayo son un símbolo contundente de la
participación ciudadana para aprobar, o para oponerse a distintas medidas o
sucesos en la vida democrática, o para defenderla. La ausencia en la Plaza de
muchos grupos políticos se contradice con esta simbología tan fuerte. Los que
se manifestaron no sólo celebraban los 30 años de democracia, compromiso
ineludible, sino que imponían su presencia para enfrentar al miedo que se trató
de imponer. La democracia, los derechos, las conquistas, no se consiguen de una
vez y para siempre, se pelean y renuevan cada día. No solamente el oficialismo
debe defenderla...
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