Es un digno desafío
Mirta
Ventura
Mayo 2015
Poder
Político
Es difícil tener
conciencia del cambio de concepto acerca del “poder político” que se está dando
en los últimos años en Argentina y también en varios países sudamericanos,
cuando se es testigo temporal, como lo somos en la actualidad. Este cambio, es
resistido aún por muchos que son beneficiados, pero no lo aceptan
ideológicamente.
Para los años 90, el
poder político se necesitaba para imponer medidas que alejaran la posibilidad
de que las clases bajas cambiaran de estatus, para lo cual se gobernaba
excluyéndolas de todo aquello que les diera condiciones de crecimiento
intelectual, de propuestas educacionales, de condiciones económicas con
ampliación de puestos de trabajo y culturales, para que no conozcan sus
derechos y evitar que los reclamen. El poder político, si bien cumplía
formalmente con los procederes democráticos porque los ciudadanos, todos,
votaban, los distanciaba de los caminos que los beneficiara. Había sólo un
sector privilegiado para el que se gobernaba.
El nuevo poder
político, por el contrario, se ocupa de esclarecer los derechos cercenados a
grandes mayorías excluidas. Este reconocimiento no está separado de la
movilización social necesaria para lograr la transformación que se propone.
La propuesta es bien
diferenciada, en este momento la política es el medio que se usa para llevar
adelante el cambio de vida para las mayorías con inclusión y obtención de derechos
que se les tenían ocultos.
Lo colectivo tiene prioridad respecto de lo individual. Se resisten,
precisamente, los que han obtenido prebendas individuales a costa de los tan largamente ignorados. Son los beneficiados
colaterales por ese poder político usado para imponer las políticas
neoliberales.
América
del Sur
En este sector del
mundo, la América del Sur, el cambio es notable. Se recobró la mística
militante con conducción definida. Los principios no se abandonan y se trabaja
para el bien común. Continuamente se fueron agregando, en todos estos años,
medidas y leyes que favorecen la igualdad y también la soberanía. Argentina ha
confirmado constantemente que no acepta injerencias extranjeras en sus decisiones
políticas y económicas. La integración regional con estas mismas convicciones,
da más firmeza a la continua lucha que se lleva para evitar los ataques
intervencionistas, frecuentes, que los países de la región soportan.
Confrontación
El neoliberalismo se
disfraza de no confrontativo ocultando su carácter dominante que impone sus
preceptos como si hubieran sido consensuados. Cuando el poder está en manos de
un gobierno transformador se lo acusa, ante cada medida coherente con su
voluntad emancipadora, de hegemónico y de confrontativo.
Para quienes, como
único camino de lucha hacia la igualdad y soberanía, tenían la revolución, es
de difícil comprensión este proceso que llevan a cabo los gobiernos sudamericanos afirmados en lograr la
inclusión e igualdad de sus habitantes peleando políticamente cada medida que
en ese sentido toman.
Es cierto que la
apelación a las clases burguesas y oligárquicas a ceder algo, como muchas veces
se propone, suena utópica y no tiene mucha fuerza. Parecería que si se los
convenciera, no sería necesaria la ardua lucha que se lleva para avanzar en los
adelantos hacia la inclusión, como sucede. Esta fue siempre una polémica no
saldada entre el peronismo y la izquierda. La izquierda siempre supo que nadie
iba a ceder ningún privilegio voluntariamente y que el enemigo fundamental era
el explotador. El nacionalismo popular coincide, pero antepone a esa necesaria
confrontación, la lucha contra la dependencia con los países dominantes. La
lucha por la igualdad en Europa, era claramente una lucha entre clases
sociales. En la América del Sur, para lograr esa equidad es necesario afrontar,
prioritariamente, la lucha emancipadora, de la que deberían participar clases
medias y altas también, cosa muy difícil porque a muchos representantes de esas
clases les satisface económicamente y socialmente sentirse del primer mundo.
Muchos países de la región están abocados a impedir que se los siga hostigando
desde los países dominantes y para esta pelea saben que deben unirse. Lo hacen
con la UNASUR, con la CELAC y con la solidaria y rápida participación de todos
los países cuando alguna acción invasora, física o política, se comete contra
alguno de los países miembro. Esta fortaleza consolidada, es muy atacada por
los dominantes de afuera y por los serviles de adentro.
El gobierno argentino
se esfuerza por enviar leyes al Congreso y medidas que van en el rumbo de la no
dependencia y de la igualdad de derechos. Todos estos movimientos en el mismo
sentido en varios países y los resultados objetivos alcanzados, llevan a
conquistas sociales que se van obteniendo a medida que se lucha por la
democracia y en contra de las políticas neoliberales. Parte de la izquierda que
se compromete, está involucrada en este proceso nacional y popular que obtiene
conquistas revolucionarias. La lucha política para hacer estos cambios trae
consigo altos costos que no muchos están capacitados para soportar. Es
importante que se asuma que no es confrontación por que sí, es la necesaria
para seguir profundizando lo conseguido.
En este período
gubernamental se ha defendido a la Argentina de duros ataques recibidos desde
los fondos buitre de los Estados Unidos y de la intervención de este país
contra nuestra política económica. También se actúa en relación a Malvinas
contra el colonialismo inglés. Simultáneamente se han implementado medidas a
favor de la inclusión y expansión de derechos a pesar de la gran crisis económica
mundial. Todas estas acciones no son posibles sin estar dispuesto a pagar
costos políticos. En la medida que más actores trabajen para la transformación,
los choques irán mermando. La oposición política y la de los medios, nunca se solidariza
con la defensa de la soberanía que ejerce el gobierno. Están a favor de las
imposiciones que nos quieren cargar. No solamente actúan para que el próximo
gobierno sea de otro signo, sino que trabajan para que éste se vaya antes de
tiempo o absolutamente desgastado. Invocando la no confrontación y a favor de
la democracia, confrontan con saña y no respetan las decisiones democráticas
que surgen del parlamento.
Batalla Cultural
En este año de
elecciones, se verá si este proyecto continúa profundizando o, si por el
contrario, volvemos al ajuste, devaluaciones, etc. El dilema, si fuera nada más
que económico, estaría resuelto. Como hay muchos más puestos de trabajo, los
empresarios obtuvieron más ganancias que nunca, los jubilados están mucho
mejor, hay aportes económicos para que más jóvenes y niños se incorporen al
estudio, la opción sería claramente la primera: seguir profundizando. Pero la
cuestión es ideológica. Les interesa pertenecer a una clase privilegiada que no
admite a los derechos de los más humildes como genuinos.
Se hizo mucho, pero la
batalla cultural está muy atrasada. Es un tema pendiente que hay que tomar,
profundizar y concientizar. No es fácil, pero se hicieron muchas cosas que no
se pensaban posibles de hacer, democráticamente, como se hicieron. Es un digno
desafío.
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