Es
fundamental, como se hace cada día, prolongar este proyecto político.
Mirta Ventura
Junio
2014
Incertidumbre
En algún momento,
después de las elecciones de 2011 en que el oficialismo ganó las elecciones
presidenciales y se concretaba la prosecución del proyecto comenzado a partir
de mayo de 2003 por Néstor Kirchner, dudábamos por la continuidad del rumbo sin
estancamiento o, peor, en retroceso. No porque hubiera signos para imaginarlo,
sino por la cultura impregnada en nuestras mentes por la historia que
coexistimos los que vivimos los 60 y 70. Detrás de cada ilusión, que algunos
vislumbraron como delirio, un fracaso o derrota.
Nada de eso sucedió. El
Proyecto Nacional siguió creciendo durante todos estos años y los progresos en
la igualdad, los derechos sociales, la inclusión, la distribución de la
riqueza, soberanía e Integración Latinoamericana, no han cesado y se proyecta
seguir avanzando.
El
presente, nuevas exigencias
Las presentes metas a
alcanzar para extender el progreso previsto, además del fortalecimiento de las
pautas mencionadas, son la industrialización y la consecuente, necesaria,
soberanía energética. En este sentido, la “sintonía fina” induce a actuar de
acuerdo con el crecimiento del mercado interno,
por el que se ha trabajado, pero también a la necesidad de disminuir el gasto
de divisas en importaciones. El desarrollo industrial incrementa los puestos de
trabajo y el consumo de bienes que no son fabricados en el país. La importación
de esos bienes provoca,
a su vez, el déficit comercial. Poner énfasis en la fabricación nacional no es
solamente un deseo soberano, es también uno de los pasos necesarios para
disminuir el déficit comercial y para el crecimiento de la economía y las
reservas. El autoabastecimiento de energía para sostener este desarrollo
autónomo es paso necesario para sostener y seguir creciendo a pesar de la
crisis económica internacional. El acuerdo con el Club de París aporta en el
sentido de no perder reservas.
Si el gobierno deja de
estar hostigado por la economía, aunque lo intenten los monopolios, puede
continuar con las medidas distribucionistas que están en su ADN. El ajuste
aplicado a los sectores más relegados no es una posibilidad tenida en cuenta.
Cuando se habla de las
elecciones presidenciales de 2015, aparece más importante el espacio ocupado en
la televisión, o la chicana, que las verdaderas cuestiones que se desean
mantener o cambiar, según se vote por uno u otro partido o espacio político.
De
dónde venimos, dónde estamos
En 2003, cuando comenzó
la etapa histórica que transitamos, veníamos de la imperante ideología liberal
del capitalismo bestial. Había conceptos que figuraron en nuestra historia como
deseos a cumplir, que quedaron sepultadas. En todos esos años la conformación
de la Gran Patria
Latinoamericana no figuraba en los anhelos de los gobiernos liberales y sin
embargo, los gobiernos nacionales y populares que se fueron instalando en
América del Sur recuperaron desde sus comienzos el interés por fortalecer esa
unión necesaria y deseada. Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil trabajan
para lograrlo. Han internalizado el beneficio obtenido para hacer frente a los
países poderosos que siempre se han considerado dueños. La Unasur , el MercoSur, la CELAP (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe), el cese del ALCA etc. son muestras de
la importancia del concepto que el liberalismo había deshecho.
El fracaso o derrota de
los años 70 y la fuerte embestida liberal que cambió en la mente de la mayoría la
significación de bien social por bien individual, y que impuso el concepto de
éxito asociado al bienestar económico, hizo que militantes políticos y sociales
e intelectuales dejaran la escena política en manos de la teoría de Mercado.
Esta década nos devolvió el creer en que se puede transformar, redistribuir,
incluir a grandes mayorías y más aún, no sólo creer sino ver que se está
haciendo y se sigue avanzando democráticamente con participación de muchos,
provenientes de todos los ámbitos. En los 90 ni se soñaba con estos cambios.
Vivimos años de pérdida
de soberanía, de privatizaciones. Lo nuestro no era valorado, el deseo
inculcado era parecerse al Primer Mundo y esto cambió esencialmente. Se
recuperaron empresas estratégicas a manos del Estado Nacional, Correo
Argentino, Aerolíneas Argentinas, YPF que recupera la energía petrolífera para
todos los argentinos, se estimula la industrialización, se vive el deseo de
priorizar lo nacional y muchas otras cosas que nos van constituyendo como
Patria, con valores propios. Todo esto sucede en este país, en esta época.
No se reprime la
protesta social, se cumple taxativamente con las políticas de Memoria, Verdad y
Justicia, se trabaja para la democratización de la palabra con la ley de Medios
Audiovisuales propuesta por el Ejecutivo y votada por el Poder legislativo.
Cómo
se sigue
Como se dice
actualmente con frecuencia, hay aún más para transformar y más objetivos a alcanzar
y seguir desarrollando, pero es difícil desde el Campo Nacional pensar que hay
que cambiar de rumbo. Lo nacional se opone al liberalismo global. Los opositores
unas veces intentan volver al país para pocos del liberalismo y otras niegan
gran parte de todo lo realizado. Los hechos los desmienten pero el gran poder
mediático, ya no con opiniones, sino con mentiras, disfraza, relativizando
resultados, lo logrado y los encubre.
Cómo se sigue y con
quiénes es fundamental y se irá viendo en el tiempo que hay desde ahora hasta
octubre de 2015. Hay muchos espacios políticos que pueden aportar para
confirmar este rumbo. La unidad de estos grupos y la incorporación de todos los
que creen en fortalecer el camino Nacional y Popular, contrariamente a los que
quieren frenarlo, es esencial.
Las Corporaciones y la
oposición de derecha van a tratar de frustrar todo lo que se progresa en el
camino hacia la igualdad. Algunas izquierdas, que no han comprendido el cambio
fundamental social que se ha producido y que más de una vez se los encuentra
del lado de las corporaciones, no se expiden. Cuando el gobierno se enfrenta a
éstas, teniendo que soportar mentiras esgrimidas que ocultan su negra historia,
no se suman a desenmascararlos. Creen que el esfuerzo es solamente
responsabilidad del gobierno. Unos y otros, derecha y cierta izquierda, hasta
llegan a alegrarse si a Argentina, en el campo internacional, le va mal.
Por lo visto, lo
vivido, por nuestra historia, la historia de los que vivimos los 60, los 70, los
que conocemos la historia de 1930, 1955, 1976, 1983, 2001, 2003… Es
fundamental, como se hace cada día, prolongar este proyecto político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario